martes, 15 de febrero de 2011

¡Extra, extra!

A la educación tradicional recibida por el ser humano, debemos agregar un conocimiento ineludible sobre tecnología de productos y marcas, que recibe a través de los medios de comunicación, cargadas de un imaginario que lo involucra y transforma su modo de pensar, de ver y de comportarse, dándole nuevas creencias y reelaboración de su personalidad, donde encuentra certezas sobre si mismo y suele ser feliz.

Un famoso publicista, les decía a sus trabajadores:
“Asegúrese que su publicidad dice algo con sustancia, algo que informa y sirve al consumidor”. Pero, ¿qué va a informar al consumidor algo que ya ha sido informado por la competencia?. Es entonces cuando entra en juego lo diferente, cuando se da paso a saltarse las reglas de la publicidad para penetrar en las cabezas de los receptores.

Pero claro, llegados a el punto en el que decimos que la publicidad tiene gran influencia sobre nosotros,
¿ acaso la publicidad ha perdido su principal objetivo?
Se podría decir que el objetivo de promocionarse a la gente que no conoce el producto sigue ahí, pero también he de decir que ese objetivo se está perdiendo con el paso del tiempo, y lo que están haciendo es el condicionar nuestra propia felicidad.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con tu opinión, pero no me queda claro cuando dices, que puede condicionar nuestra propia felicidad, ¿En qué sentido?

    ResponderEliminar
  2. Hacen que necesites lo que anuncian sin tener necesidad de ello. Al no tenerlo te lleva a no tener una total felicidad.

    ResponderEliminar