domingo, 15 de mayo de 2011

Disciplina


La situación en la que se adentraba el texto que leyó Rafa el otro día no es más que el simple reflejo de la educación española, que en cada centro educativo se puede observar en mayor o menor medida.

El tema de la indisciplina en una clase de primero de bachillerato es algo por lo que no se tendría que discutir, como bien decía el profesor del texto, ya que dicho comportamiento no tiene que ir más allá de ser sancionado con lo que haga falta.

Lo que decía el profesor de que considera que somos adultos y que por lo cual, nos trata como a tales, es donde viene el problema. ¿Nos pueden considerar adultos con 16 años?

Mi respuesta es que no se puede generalizar cuando se trata, a simple vista, de mentes muy diferentes. No pueden tratar igual a alguien que tenga una motivación por la cual asistir a las clases que a alguien que vaya prácticamente obligado. Pero claro, ¿qué es esto de que los alumnos van obligados a bachillerato, siendo que es OPCIONAL? Pues la verdad es que lo único que hace nuestro entorno es cambiar el sentido de opcional.

El bachillerato, antes lo podía cursar muy poca gente y en muchos casos no todo aquel que quería cursarlo, se lo podía permitir. Pero ahora, las cosas han cambiado mucho, y cualquier persona, por lo menos en este país, puede cursar estos estudios. El recuerdo que tienen de que el bachillerato lo cursaba muy poca gente puede ser el que cree el pensamiento de que todo el que llegue hasta este curso tenga que asistir a él (ya que se puede), aún con todas las opciones que hoy en día se ofertan. Con lo que, podríamos resumir que el bachillerato se ha convertido en una moda, pero no para nosotros, para nuestros padres.

Para este problema no hay solución más que el tiempo, aquel que hace que las cosas pasen de moda y con el cual se descubrirán y darán uso a las demás ofertas que existen.

Y por último, también resultaría paradójico el pensar que porque los alumnos se sienten obligados a ir, haya más fracaso escolar y a la vez más y más gente en la cola del paro.

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